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domingo, 5 de junio de 2011

E: La inactividad física en la niñez puede crear futuros problemas cardiacos

Estudio del Institute of Child Health, UCL (Reino Unido)
02/12/2013

La inactividad física en la niñez puede crear futuros problemas cardiacos

Un estudio del Institute of Child Health relaciona la inactividad física en los niños con problemas cardíacos en la edad adulta. La frecuencia del corazón les aumentó dos latidos por minuto en los últimos 30 años.

Los investigadores certifican que aunque este aumento del pulso puede parecer modesto, la frecuencia cardiaca en reposo es un indicador de la condición física en general y de la salud cardiovascular en general. Por ello, según los autores, esto podría traducirse en un mayor riesgo de padecer diabetes o enfermedades del corazón en la edad adulta.

Para llevar a cabo este trabajo se analizó la frecuencia del puso de 23.000 niños de Reino Unido, con edades comprendidas entre los nueve y los 11 años. Para hacer la comparación con resultados anteriores se revisaron las conclusiones de otros cinco trabajos desarrollados entre 1995 y 2008.

En general, la frecuencia cardiaca fue mayor en las niñas con 82,2 latidos por minuto, mientras que en los chicos fue de 78,7. Sin embargo, en comparación con los otros estudios revisados, el pulso aumentó constantemente durante los últimos 30 años un promedio de 0,04 por año en ambos sexos. El aumento fue más pronunciado entre los varones (0,07 latidos por minuto), sobre todo después de mediados de 1990, que entre las niñas (0,03 lpm), lo que equivale a un incremento de 2 lpm entre ellos y un latido por minuto entre ellas.

Durante el período de seguimiento, el peso medio en este grupo de edad también se elevó. Aunque la frecuencia cardiaca sí tiene cierta asociación con el Índice de Masa Corporal (IMC), el aumento de éste no explica plenamente el aumento del pulso en reposo. Los autores consideran que esto es debido a que el IMC no es una medida muy sensible a este tipo de cambios corporales. Ellos sugieren que una caída en la cantidad de actividad física realizada por este grupo de edad y un aumento de la actividad sedentaria, puede haber contribuido a la subida, ya que ambos están asociados con una peor aptitud física.


Los responsables advierten que aunque se necesita una mayor investigación para explicar mejor los resultados, las tendencias podrían tener importantes repercusiones en la salud pública: "Aunque sea una elevación modesta, es importante monitorear estas tendencias, especialmente en los niños. Un aumento de dos latidos por minuto de media puede suponer que, en la edad adulta, la mortalidad por enfermedad coronaria ascienda a un 4% en personas sanas y hasta un 2% el riesgo de desarrollar diabetes en mayores de 65 años”.

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