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domingo, 14 de octubre de 2012

Realidad en el aula de Educación Física



REALIDAD O FICCIÓN

Escribo estas líneas con el propósito de acercar realidad del aula en Educación Física, mi realidad, a aquéllos que no hacen más que teorizar sobre esta disciplina de la que mucha gente opina y parece saber mucho al respecto, haciendo una interpretación social de ésta. Cuando hablas con alguien sobre la Educación Física es muy probable que te hable cuando la realizaba en el colegio o te comente que va a correr por el parque y te diga las sensaciones que tuvo en el colegio o las dificultades del recorrido que hace por el parque, pero si le planteamos que hable de matemáticas, física o lengua, seguro que la probabilidad de iniciar una conversación en este sentido sea mucho más limitada.

Todas las teorías, tendencias, historia que hemos aprendido en nuestro proceso de aprendizaje en la universidad con respecto a la didáctica deben influir en nuestro proceso para descubrir nuestra propia pedagogía. No podemos limitarnos a seguir a raja tabla las distintas teorías pedagógicas y aplicarlas en nuestra aula, ¿por qué?, muy sencillo. Debemos encontrar o mejor dicho, crear, una pedagogía afín a lo que culturalmente somos, y teniendo en cuenta el contexto en el cual se vaya a desarrollar, eso no quiere decir que en función del contexto debamos cambiar de pedagogía (igual sí), pero a lo que me refiero es que siempre debemos mantenernos firmes en nuestras creencias, pensamientos y sentimientos, esto nos aportará riqueza y seguridad en nuestras clases. La pedagogía está en permanente evolución.

En la universidad aprendemos a evaluar, a realizar programaciones, a realizar temporalizaciones para organizar el curso, entre otras muchas cosas. Es conveniente conocer los diferentes recursos y a partir de ahí, elegir cuál es más adecuado para lo que pretendemos, pero es prácticamente imposible llevar al pie de la letra la programación completa, seguir la temporalización, etc., porque todo ello debe ser flexible, en la medida de lo posible.

En alguna de las clases de formación nos planteaban que para evaluar correctamente debíamos realizar una ficha de cada alumno o alumna con aquéllos aspectos que queríamos calificar para su posterior evaluación. Pues bien, si esto es llevado a la práctica se hace incompatible dar clase de Educación Física con las fichas que nos proponían que realizáramos para evaluar al alumnado, porque impartes clase o bien te dedicas únicamente a evaluar. La evaluación que proponemos es una evaluación por observación, es decir, conocer al alumnado, interactuar con él y sumergirte en la clase de tal forma que conozcas a todos y cada uno de ellos, esto ayudará a saber cómo es su competencia motriz, su grado de implicación en la materia o actividad que se está realizando. De tal forma, que sea el alumnado consciente de la implicación y competencia que tienen para que de este modo, y en función de unos criterios pre-establecidos, sea el alumnado quien se evalúe de forma autónoma y sincera, ofreciéndole libertad en este sentido, y siempre bajo la observación del profesor o profesora para que atienda a los criterios previamente establecidos.

Quizá todo esto que se plantea requiera un esfuerzo y una implicación añadida a nuestra labor docente, pero el compromiso que debemos tener con nuestra materia o labor es intrínseco en cada docente y depende de uno mismo adquirirlo o no.

Esto es tan solo una propuesta-reflexión y seguro que podemos encontrar tantas formas de hacerlo como docentes existen (aunque lamentablemente todos sabemos que no es así).

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