Tenemos que intentar sacar una lectura positiva de esto, y nos tiene que ayudar a re-enfocar nuestro proyecto para que sea más atractivo para nuestros alumnos. En mi caso, he tenido algunas decepciones y decir que, no voy a tenerlas algún día sería algo utópico, ya que los tiempos cambian y las motivaciones de nuestros alumnos también. Los jóvenes no tienen las mismas inquietudes que hace diez, cinco, y si me apuráis, un año. Por eso es bueno aprender a re-enfocar.
Cuando realizas algo o te propones realizar una actividad, después siempre se hace balance del trabajo realizado y si los objetivos previstos se corresponden con los objetivos alcanzados.
Parece que el reconocimiento sólo se tiene cuando hay éxito, y tenemos que mirar más allá, debemos saber qué hemos ido aprendido por el camino, que seguramente sea mucho más que lo que aprenderemos con éxito, que suele ser efímero.
¡Así que disfrutemos del proceso de enseñanza-aprendizaje!
